#2 La fisura entra por las manos
Primera lectura poética con PATRICIA FIGUERO
UNA CABEZA LLENA DE PÁJAROS | CLUB DE LECTURA POÉTICA
| TIEMPO INÚTIL ESTIMADO 7` |
Aquí la niña bárbara no se espanta de su genealogía emocional ni de los bosques, sino que embiste en contra de la casa de su infancia. Tampoco huye del dolor porque sabe que en él reside el impulso para gritar, para arder. Su esqueleto envejece digno y manchado de agua, flujo, lágrimas, mar, con toda una furia profundamente bella. Reside en este libro la autenticidad del dolor sin reparos ni pudores donde lo que no escribe pulula en silencio como moscardas. Parece ver una luz que toca y desgarra como extensión de todos los cuerpos. Nos adherimos a una piedra, quizá, aquella de Sísifo. Cualquier historia parece ser la historia pasada, presente y la que vendrá, todas huecas, sueños que al despertar no recordamos, y con todo eso, nos acariciamos hasta sangrar el deseo común de existir solo con el tacto. Este libro es un paisaje incorrupto y desmembrado, la lectura del primer encuentro de lectura poética. Compongamos un nuevo respiro potencialmente sensible.
(…) la llaga que resplandece
VIDEOPOEMA INSPIRADO POR LOS VERSOS DE
LA FISURA ENTRA POR LAS MANOS | PATRICIA FIGUERO
VII
VII
Qué nos va a ocurrir cuando los depredadores convoquen la herida ficticia del llanto y el prodigio de morder nos sea arrebatado como un saqueo, como un saqueo. Entonces la soga y extirpar la miel donde la soberanía del cuerpo hace su ofrenda a lo insignificante. Qué nos va a ocurrir cuando los abrazos no exijan tocar ni el olor del terciopelo sino el brillo metálico de una pantalla que no sangra. Allí el delirio de la boca tapada y apedrear despacio la luz, a la manera de los que, cautelosamente, estrangulan violetas.
Qué nos va a ocurrir cuando los reyes abandonen a los individuos más débiles y hagan sobre su frente la señal de la cruz, oh, la enfermedad sobre vosotros, oh, el gélido hundimiento.
Todo se pervierte cuando se ha olvidado el tacto alrededor del jardín y la ternura se descuartiza sobre la bañera oxidada, todo forma una membrana sucia alrededor de mi infancia, la solemnidad de la sombra. Ellos repiten el desgarro una y otra vez
sin dejar espacio al fulgor de la noche
ellos no entienden que todo lo que resiste deja tras de sí
una indisoluble huella
la ceremonia de las manos en el regazo
la llaga que resplandece.
LA FISURA ENTRA POR LAS MANOS de Patricia Figuero