#4 PRIMERAS PALABRAS DEL AÑO 23 COMO PLAÑIDERA

-a propósito del número #8 de Thalamus Magazine

IMAGEN INTERVENIDA DE CRISTINA GARCÍA RODERO

| TIEMPO INÚTIL ESTIMADO: 6´ |

En algunas religiones como la católica dicen comerse el cuerpo de cristo, se dice que jesús hizo de su vida pan. ‘Nadie me la quita, yo la entrego libremente’ (Jm 10,18). Toma su vida de carne (pan) y de sangre (vino) para alimentarnos y estar en comunión. En latín ‘comunión’ hace referencia a participar en lo común. Este número #8 de @thalamusmagazine es precisamente esto para mí, una sutileza del mundo que escapa del ‘ente en cuanto ente’ como principio o causa del ser. Va más allá de la fe y el rezo a un todopoderoso.

 Hay quienes preferimos orar para que el milagro consista en prodigar las sombras y guarecernos en todas aquellas especies que fantaseen con ‘escribir sobre poesía como un acto contra la pobreza a favor del espacio sobrante’ *.

 

¿Serán las palabras la única fe que nos salve?

 

 

Esta fantasía occidental de sentirme a salvo, de creer estar contribuyendo a esta sociedad es un simulacro, un ritual ficcionado donde estar segura como lo hace la hostia bañada en vino y/o sangre.

 Quiero pensar que todas las historias tienen cabida.

Quiero pensar que todo lo que flota produce en nosotres un juego de posibilidades, una vista de lo que será morir.

Quiero pensar que las tecnologías del sufrimiento de las que hablaba Susan Sontag pueden convertirnos en seres con valores.

Quiero pensar que estoy reivindicando junto a Maite Martí Vallejo , Txetxu González y Andrea Melanctha otros sentimentalismos como religión animalista porque cachorra arrollada soy.

 

PORTADA DE THALAMUS #8 | DIBUJO DE DIMITRIS ANASTASIOU

Deseo comenzar este año chapoteando en el agua de azahar de Santa Teresa y continuar creando desde esta hornacina un sistema imperfecto y vacío, que las lágrimas dejen de accionar el pensamiento. Sucumbamos a la multiplicidad porque ‘el mundo está en vilo’* y las ninfas, los elfos y otros animales de naturaleza ausente puedan dominarnos. Vivimos enfrentades a lo radicalmente ‘otro’. Henri Lefebvre (no el filósofo marxista, me refiero al poeta francés) en ‘The missing pieces’ hace una lista con el afán de documentar -para hoy deleitarnos- sobre objetos, ideas u obras perdidas. He aquí una oda al abandono, al aislamiento, al espacio negado, a lo considerado ‘imperfecto’, al ‘casi fue’, en definitiva, a ese ‘no-lugar donde detenernos a atarnos los cordones’ y flotar en el agua junto a la rosa aunque sepamos que casi todo es una farsa’*.

* Citas extraídas del editorial de Thalamus Magazine escrito por Maite Martí Vallejo.

 

 

IMAGEN INTERVENIDA DE GARCÍA RODERO

 pequeños sobresaltos que no he dicho
pero pueden perturbarme si no dejo
constancia por correr el riesgo
de esconderse en algún paisaje de
mi cerebelo donde la oxitocina
se dispara por tener el poder de criar
otras fisicidades invisibles capaces
de acabar conmigo.

Las lloronas surgen en la cultura egipcia

a causa de la prohibición de llorar en público

en ritos funerarios.

Canjeo el sobrante emocional como un afán

rústico del tacto. Quizá perder algo o a alguien

me acerque a la materialidad de lo diminuto

y a todo asunto que genere desasosiego.

Debería haber instrucciones para llorar como

las había para oler en el siglo XVI.

En el recoveco la imaginación de creer.

La filia y la fobia pueden llevar al mismo lugar.

Embelesarme con la maqueta que hay en mi

mente. Ahí

el tiempo cunde y la escala desaparece.

Teatralizar cada verbo intransitivo.

ME HAN ACOMPAÑADO

Amour de Michael Haneke.

→ Los gladiolos, en su lenguaje simbolizan la tristeza. También se le llama `pequeña espada´ por sus orígenes del latín.

Foule Sentimentale de Yael NaÏm.

→ Las plañideras altruistas contemporáneas que difunden el lloro como prueba de supervivencia.

La obra y la entrevista de Dimitris Anastasiou de Thalamus Magazine.

→ Las guerrilleras de Monique Witting.

La llorona de Chavela Vargas.